André Fabre es en Francia lo que Aidan O’Brien en Gran
Bretaña. O más, por su trayectoria extensa y sus conquistas europeas. Ganarle
una carrera de las importantes en Longchamp, Deauville, Chantilly o Saint Cloud
es casi como sacarle al británico una victoria en Curragh, Ascot o Epsom. Por
decimosegunda vez en su historia, el cuidador galo se impuso en el Grand Prixde Paris (G 1-2400 m), auspiciado por Juddmonte ahora, y con un caballo de
Juddmonte, Flintshire.
Esta caballeriza exitosa, cuyo dueño es el Príncipe Khalid
Abdullah, es relativamente nueva para Fabre, y aquí hay otro punto en el que
aventaja a O’Brien, cuyo monopolio de triunfos se basa en la escudería de
Coolmore, con Magnier, Smith y Tabor como titulares. El francés, en cambio,
tiene propietarios de varios colores.
Esta carrera de Longchamp, reservada a caballos de 3 años,
le dio la oportunidad a Flintshire de dar un paso más en su campaña, que ahora
muestra tres primeros puestos y un segundo. El hijo de Dansili venía de ganar
el Prix du Lys (G 3-2400 m), en Chantilly, dos semanas después de su única
derrota, en un listado de Longchamp, sobre 2000 metros.
Pero el regreso a la pista en la que había perdido no fue
traumático. Con la misma táctica de correr a la expectativa para soltar la
atropellada en los últimos 300 metros, Flintshire, al que condujo como siempre
Maxime Guyon, dominó en la última cuadra y superó por un largo y medio a
Manndawi, al que había dejado cuarto en la anterior.
Vino con algunos tropiezos el caballo de Juddmonte, es
cierto, pero todo se limpió en el derecho, donde superó a Park Reel y Au
Revoir, los que marcaron el camino con un ritmo pausado. Luego atacaron
Manndawi, Ocovango y Singing, que jamás lo complicaron y finalizaron
escoltándolo, en ese orden.
Comentó Fabre, a su vez, tras su uno-tres: “Flintshire tiene
una gran aceleración; es un caballo explosivo. En principio volvería a correr
en septiembre, en el Prix Niel (G 2-2400 m), como preparación para el Arco de
Triunfo”.